Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CCOO Castilla y León | 29 marzo 2024.

25/11/2019

CCOO está en contra del proyecto de nuevo modelo de asistencia sanitaria rural de la consejería de Sanidad de Castilla y León

  • Parece un modelo desarrollado desde un punto de vista puramente teórico por parte de alguien que desconoce la auténtica realidad de la Atención Primaria

La propuesta de la consejería no sólo busca fragmentar la Atención Primaria, sino que acaba con ella al transformarla en algo puramente asistencial que olvida sus aspectos preventivos y en cuyo desarrollo se perjudica tanto a los profesionales como a los pacientes

27/11/2019.
La consejera de Sanidad, Verónica Casado, presenta el plan de asistencia sanitaria rural

La consejera de Sanidad, Verónica Casado, presenta el plan de asistencia sanitaria rural

En este documento nos encontramos con una serie de lugares comunes que en realidad no dicen nada nuevo, como son los objetivos que plantea, posiblemente con excepción del que dice pretender organizar, de forma eficiente, la dotación de profesionales. Este objetivo en sí mismo lo que encierra es el anuncio de que se renuncia a contratar nuevos profesionales y de que con los que hay, cambiándoles de lugar, pretenden hacer esta reforma.

La reordenación “zona a zona” no parece que sea algo que sirva para solucionar un problema global, sino más bien 249 presuntos problemas puntuales. Es decir, en vez de actuar y reformar el Servicio de Salud de Castilla y León se reforman 249 zonas básicas de Salud, pero de manera independiente y en esta, suponemos, primera fase únicamente las zonas rurales dejando de lado a las 71 zonas urbanas. No olvidemos que el título del documento hace referencia únicamente al ámbito rural.

El documento parte de la premisa de que es fruto de las reuniones de unos grupos de trabajo surgidos del Consejo Castellano y Leonés (no Regional) de Salud, que no empezaron en enero, sino a mediados de febrero para desarrollarse cada dos semanas y tampoco acabaron en abril, sino a mediado de marzo. El primero de los grupos se reunió 6 veces, entre el 12 de febrero y el 19 de marzo; los otros 2 grupos tuvieron 4 reuniones, entre el 12 de febrero y el 11 de marzo. Esto da idea del escaso debate existente. CCOO se levantó de aquellas reuniones porque el consejero anunciaba el resultado antes de haberse discutido.

Y como peticiones de esos 3 grupos de trabajo nos podemos encontrar:

Del grupo 1º, aparte de pedir cosas que ya existen, sale una consulta telefónica que no es lo que la población quiere, una implementación de medios de transporte que no dependen de la consejería, sino de ayuntamientos, diputaciones y en último caso de las líneas de autobuses y finalmente un modelo de atención más basado en cuidados que en prevención, algo que no coincide con la supuesta idea de la consejera.

Del grupo 2º destaca la agrupación de consultorios con transporte a la demanda, algo que coincide con el grupo anterior y que no es lo que pide una población que lo que solicita son consultorios en todas las localidades y si fuera posible que los sanitarios fueran a diario. Piden una organización diferente en el medio urbano y rural, algo incompatible con un auténtico servicio regional y un dimensionamiento de la atención continuada, punto éste que se interpreta de diferentes maneras en ambas partes: la población quiere no sólo los centros de guardias actuales, sino incrementar su número, mientras que la consejería pretende disminuirlos.

Del grupo 3º saldría la petición de un modelo de atención continuada diferente para el medio urbano y rural, como ya sucede en la actualidad y una organización del equipo capaz de ser suficiente para la atención ordinaria y la cobertura por ausencias, o lo que es lo mismo, no se contempla el incremento de recursos humanos ni la existencia de sustituciones.

En definitiva, el resultado de los grupos coincide exactamente con lo que proponía previamente la consejería y la interpretación de estos resultados es diametralmente opuesta en los representantes de la población y en la consejería.

El documento habla de unas actuaciones necesarias para la reordenación asistencial, pero en cuanto a las acciones organizativas la única diferencia sería cambiar la denominación actual de demarcación asistencial por la de consultorio rural de agrupación (CRA). Esto significa que desaparecen algunas demarcaciones asistenciales y como consecuencia se abre la opción de desaparecer profesionales de estos equipos.

En cuanto a acciones asistenciales la novedad principal sería que en esos consultorios de proximidad (CPROX) la atención la prestará el personal de enfermería y sólo ocasionalmente el personal médico.

En cuanto a infraestructura y equipamiento tampoco se dice nada nuevo excepto dotar a esos CRA de electrocardiógrafo y desfibrilador, lo que supone una importante inversión que en consecuencia precisa de unos presupuestos de los que se carece y en los que pretende implicar a los ayuntamientos respectivos, lo que supone convencer al ayuntamiento en que se coloque el CRA de que cofinancie un equipamiento que deberá beneficiar no sólo a su localidad, sino a las de alrededor. Hablar de equipamiento que se traslade desde el centro de salud tampoco supone ninguna modificación con respecto a la situación actual.

El planteamiento de la nueva organización funcional habla de pasar de la clásica demarcación asistencial a la asignación de un cupo poblacional. Esto no deja de ser algo totalmente inespecífico que puede interpretarse como una modificación que supone que se pierde ese cupo poblacional circunscrito a la demarcación asistencial para tener un cupo de la zona de salud, o lo que es lo mismo una división de la población del área entre los profesionales sin una adscripción territorial concreta. Esto queda más claro todavía cuando se dice que el profesional prestará atención a la población que se le asigne.

Esta nueva organización transforma además al coordinador de la zona en un director médico de equipo que tenga que organizar toda la actividad de su equipo. Eso conlleva la disyuntiva de sobrecargar de trabajo al coordinador o suprimir su tarea asistencial y sobrecargar a los demás integrantes del equipo. Por otra parte se trata de una modificación que suena demasiado a Unidad de Gestión Clínica.

También queda claramente establecida la desaparición de demarcaciones asistenciales y la consecuente desaparición de profesionales, bien desde el primer momento o bien a medio y largo plazo.

La consejería narra una serie de beneficios de los que más de la mitad no suponen diferencia con el modelo actual. No se ve la manera en que se mejora la accesibilidad o se reduce el tiempo de desplazamiento de los profesionales. Tampoco se ve cómo se articula la menor rotación ni de qué manera se favorecen las actividades formativas, de docencia ni de investigación, e igual sucede con el incremento de la capacidad organizativa y asistencial.

En definitiva, la propuesta de la consejería precisa de una gran modificación de normativa e incremento de la dotación presupuestaria, además de pretender implicar a otras instituciones como único medio de garantizar la sostenibilidad en el tiempo.

A pesar de las afirmaciones realizadas por la consejera en otros ámbitos sobre potenciar la salud pública no se encuentra en todo el documento ni una sola línea que haga referencia a la misma, pese a que la salud pública y la epidemiología están en la base de la verdadera Atención Primaria.

Por otro lado no se contempla en ningún momento el incremento de recursos humanos, sino sólo su redistribución en función de las circunstancias y su más que probable disminución en el largo plazo según se deduce del contenido del documento. Lo mismo sucede con la atención continuada, las guardias. Además determinadas afirmaciones sitúan este proyecto en algo muy similar a las Unidades de Gestión Clínica. Finalmente y como decíamos al principio, la reordenación “zona a zona”, junto a la idea de una organización diferente en función de tratarse de un medio urbano o rural supone un desmantelamiento de un servicio de salud como tal. Dejar fuera del proyecto a las 71 zonas básicas de salud urbanas hace más complicada una reordenación de los profesionales actualmente existentes.

Parece un modelo desarrollado desde un punto de vista puramente teórico por parte de alguien que desconoce la auténtica realidad de la Atención Primaria.

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